Más de tres mil agentes pastorales de la diócesis de Chillán han participado en encuentros formativos orientados a prevenir y abordar situaciones de amenaza contra menores de edad.
El viernes 13 de julio se desarrolló el taller de formación y prevención contra el abuso de menores para agentes pastorales, dictado por la Diócesis de Chillán, en dependencias del Colegio Polivalente Padre Alberto Hurtado. La actividad se enmarca dentro de las líneas guías «Cuidado y Esperanza», impulsadas por la Conferencia Episcopal de Chile para establecer protocolos a nivel nacional que hagan frente a la amenaza del abuso sexual en sus variadas formas. Los asistentes a la jornada correspondieron a más de un centenar de docentes y asistentes de la educación de los Colegios Polivalente Padre Alberto Hurtado, San Vicente de Paul, Instituto Santa María, San Agustín de Quirihue y Nuestra Señora del Carmen de Portezuelo.
El taller contempló 3 módulos, a cargo de la sicóloga Paulina Benavente, el padre Luis Flores y el misionero guatemalteco Alex Morales. A través de ellos, los participantes pudieron entender y reconocer cómo distinguir los signos de un posible abuso y su adecuado abordaje; comprender la forma en cómo la Iglesia universal y en Chile ha respondido a esta situaciones; tener claridad sobre la legislación civil y la normativa canónica en torno a la posibilidad de un abuso sexual a un menor de edad, además de una actividad práctica sobre el reconocimiento de los factores de riesgo en las personas vulnerables.
Guillermo Stevens, Encargado Diocesano de la Comisión en Prevención de Abusos, explicó que este ciclo de charlas se realiza desde el año 2016 y en estas jornadas han participado alrededor de 3.100 personas de la diócesis de Chillán: «Una de las formas de prevenir es empoderando a la gente, para que tengan claro qué cosas no se deben aceptar bajo ninguna circunstancia, porque el conocimiento los ayudará a decidir mejor y tomar las medidas oportunamente» señaló Stevens.
Germán Vega, coordinador pastoral de la vicaría para la educación evaluó la jornada realizada: «El ciclo ha sido positivo, cada año hemos ido incrementando el número de participantes de la jornada de prevención. Como lo pudimos ver en el Colegio Polivalente Padre Hurtado, los asistentes hicieron muchas preguntas sobre el tema, disipar dudas, entender qué hacer en estos casos y los pasos a seguir para llegar a una denuncia a la fiscalía. Entonces, que nuestro personal de los colegios católicos esté informado y sepa qué hacer en estos casos es muy meritorio y satisfactorio, porque tenemos que cuidar a nuestros niños que es lo fundamental«, sentenció Vega.
La capacitación otorgará un certificado a los participantes, el cual será un requisito obligatorio para ser parte de los diversos servicios de la Iglesia.